terça-feira, 6 de dezembro de 2011

El Derecho al Delirio

Eduardo Galeano


Que tal si deliramos por um ratito?
Que tal si clareamos los ojos, más allá de la infamia para adivinar otro mundo possible?

El aire estará limpio de todo veneno que nos provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros, la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco, mirada por ele televisor.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarrropas.

Se incorporará a los códigos penales el delito de la estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta, y como juega el niño sin saber que juega.

En ningún país irón presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.

Nadie viverá para trabajar, pero todos trabajaremos para vivir.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, no llamarán calidad de vida a la cantidad de cozas.

Los cosineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.

Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promessas.

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud y nadie, nadie tomara en sério a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.

La muerte e el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso cavallero.

La comida no será una mercancía, ni la comunicación um negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos.

Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indijestión.

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

La educación no será el privilegio de quienes pueden pagarla y la policía no será la maldición de quienes pueden comprarla.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas, condenadas a vivir separadas, volveriam a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un exemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar el los tiempos de la amnesia obligatoria.

La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo.

La iglesia también dictara otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".

Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.

Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hajan nacido cuando hajan nacido y hajan vivido donde hajan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.

Seremos imperfectos, porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses, pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y cada noche como si fuera la última.
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